.- Siempre cuando existen problemas en una comunidad y a la vez son detectados; se necesita que la experiencia se haga evidente  para hacer las labores normales de una administración municipal en una comuna como la de Puerto Vallarta, Jalisco, por eso se requiere de una tranquilidad institucional, que sea producto de una dirección prudente y comprensiva con una legislación  adecuada.

Las aguas turbulentas en el ejercicio público son producto de la falta de comunicación  y de control interno.

Existen corrientes en el interior que deberán ser equilibradas para el beneficio de la administración pública para lograr la armonía en el desempeño de sus labores.

Urgen evaluaciones en las diferentes dependencias con la finalidad de buscar siempre la productividad de quienes son responsables.

Es difícil predecir en el ser humano el comportamiento que puede adoptar, a través de la carrera en una administración, muchas de las veces el poder los transforma, los vuelve soberbios y prepotentes y día a día se aíslan de la sociedad; en fin su conducta por conveniencia siempre la aprueban los aduladores.

De este tipo de personas las encontramos constantemente, simplemente por la conducta de quienes ambicionan en forma ciega el obtener prebendas a causa de su insistencia de vanagloriar al Presidente Municipal en turno y sacarle el mayor provecho.

Los grandes desafíos, cuando inicia un gobierno, se convierten en grandes logros si se especifican y se planean antes de comprometerse con  el pueblo y se miden sus alcances y limitaciones, tratando de dar soluciones a los grandes retos de las demandas de las comunidades.

He aconsejado en muchas de mis opiniones, que es importante tener en cuenta la siguiente formula democrática para alcanzar debidos consensos en la obra pública y en las grandes decisiones políticas, económicas y sociales: “Escuchar para decidir y Planear para Realizar”.

Las fallas constantes de los funcionarios públicos como personas, orillan a los gobernados a buscar otras alternativas, donde exista la comprensión y de alguna manera encuentren una solución saludable.

A todo esto sino se busca una corrección, indudablemente que afectara a todo un equipo de gobierno. Con humildad y cariño el trabajo al servicio público se verá recompensado con el respeto y admiración  del pueblo hacia la administración responsable de la dirección del mismo.

Por eso todo lo que se realice a favor de los gobernados deberá de obtener el consenso de la mayoría de habitantes, para lograr éxito y se conserven para el beneficio común.

Es importante generar un proyecto para tener confianza, porque los estándares de aceptación de las administraciones están muy bajas, la certidumbre esta por los suelos.

En los discursos y propuestas públicas es importante buscar contenidos en lo relacionado a tesis programáticas que marquen un rumbo con dirección donde exista sustentación y coordinación  respecto a los planes y programas. Hacer que las cosas sucedan así de simple darán mejor resultado, el ser creativo y con poder de gestoría se prioriza.

Se debe de hacer a un lado el protagonismo estéril, demostrar a los ciudadanos que existe voluntad para gobernar con honestidad, lealtad, creatividad y trabajo organizado.

Hacer a un lado el engaño, la soberbia, los pleitos sin sustentos, estos se convierten en caprichos que están lacerando el comportamiento del quehacer político y por ende los bonos de credibilidad estarán cayendo.

Como vallartense deseo que esta administración municipal salga adelante en todos sus compromisos adquiridos ante la ciudadanía; hago votos para que siente un precedente en la historia de nuestro amado Municipio como una tierra pujante y de oportunidades pero con guía y brújula.

Dejemos que actué con prudencia con colaboradores que hagan del servicio público una actividad honesta y profesional, y se erijan como un verdadero equipo de trabajo bien consolidado.

Sé que no será fácil, pero si demuestra sinceridad y suma de voluntades, su cohesión ayudara a mantener firme su gobierno.

Logremos juntos amigos y amables lectores una mayoría de edad en nuestros comportamientos, porque da pena sin lugar a dudas las formas que adoptan algunas personas que aun no han tenido la madurez política para sumar esfuerzos, cuando la mayoría deseamos que en nuestra hermosa comunidad se logre prosperidad.

Aconsejo el buscar progreso todos unidos, ahora es tiempo de la reconciliación vallartense pero sobre todo:  Gobernar para todos.

En fin amigos, siempre he dicho que el tiempo y la circunstancias ubican a la gente en su lugar, es el pueblo mismo que se convierte en el más severo juez; ya los tiempos exigen que el decir y el hacer como binomios den por resultados acciones de bienestar.

Es más fácil llegar que sostenerse, para todos es sabido que la formación de verdaderos servidores públicos y unidos, garantizara un buen desempeño en la actividad pública y privada.

Nunca olvidemos nuestras raíces, costumbres y tradiciones, nadie deberá de dañar lo construido por el esfuerzo de muchos vallartenses, al contrario debemos de reforzar con energía, amor y pasión y sin distingos ideológicos nuestro amor por esta tierra bendita de Dios.

A la lealtad el reconocimiento, a la infidelidad nuestro desprecio.


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