.- La meditación da muy buenos resultados cuando estás en tu hogar ya tranquilo, es por eso que  hice una serie de reflexiones en la cual no cabe la menor duda que necesitamos de redefinir nuestro rumbo hacia estadios mejores.

Desde esta perspectiva la visión ética del desarrollo debe de encauzarse en una dimensión humanista, dando sentido a los más pobres, marginados, humillados en su dignidad y que de forma especial oriente el sentido de progreso científico-técnico, sobre todo en el plano de la economía.

Si todos luchamos por alcanzar la armonía deseada en nuestras familias, justo será que nos integremos a ser parte activa en nuestra Patria. Es la única forma de encontrar prosperidad en todos los aspectos bajo liderazgos honestos, con objetivos y metas precisas.

El gran desafío de la política en nuestra época es la moral, me parece que algo similar ocurre cuando nos referimos al carácter que debe de tener el desarrollo para nuestros pueblos y este es el mejor juez, muy pocas veces se equivoca, como ejemplos hemos el abstencionismo cuando se realizan elecciones. en este momento no existe un análisis formal que busque su origen.

Para los gobiernos que realizan un buen desempeño, la veleidad del ciudadano que se abstiene de emitir su sufragio, a la larga, viene a convertirse en un obstáculo más que un beneficio.

En conclusión la escasa participación de los votantes, traducen que en su conjunto los partidos políticos se enfrentan a una dura crisis de representatividad, de no corregir serias diferencias en sus plataformas electorales, seguirán los mismos rechazos y la indiferencia de la ciudadanía a las propuestas de los partidos políticos.

Desconfianza en las promesas, sobre todo las económicas hacia mejores niveles en donde existan oportunidades para todos más para los que menos tienen, falta de credibilidad a lo que ofertan las plataformas electorales, el escepticismo respecto al voto, la falta de liderazgo político y la ausencia de éstos en los tres niveles de gobierno. Todo esto sirve de base para que represente un obstáculo en la consecución para el tan proclamado avance democrático y si sigue así habrán de desplomarse aun más las votaciones.

Estamos ante un serio problema, porque sin partidos que garanticen una auténtica representatividad, sin reglas consensuadas para los comicios y sin la participación directa de la ciudadanía, el paso a la democracia se alejará sin remedio y por lógica se verán empañadas y se convertirán en un ritual vacío.

Ya es tiempo de medirle el agua a los camotes como vulgarmente se dice, necesitamos todos ubicarnos en la realidad, con un objetivo a fin. Nos está ganado la batalla a la pobreza, las pérdidas de las fuerzas de las estructuras de los tres niveles de gobierno ante las impunidad e inseguridad nacional, todas estas situaciones, nos mantienen en una total incertidumbre.

Resulta también de extrema gravedad, la lucha interna estéril de grupos políticos, sin importarles la unidad de los mexicanos. Al parecer hoy asistimos a una verdadera crisis provocada por la pérdida de la certidumbre, la cual no es más que una pérdida del sentido que guiaba y orientaba nuestra existencia.

Lo que más importa a los seres humanos es como hay que conducirse, lo que les interesa es comprender lo que significa el mundo y su presencia humana en él, solo así llegaremos a formar parte productiva en cada una de nuestras comunidades.

Ahora necesitamos partidos políticos comprometidos con la sociedad a la que se deben, en donde la madurez  se ponga a flote una vez. Ya terminados los procesos electorales sirvan para integrar a los mejores ciudadanos a las tareas de gobierno.

Solo así podremos obtener mejores resultados en la prosperidad de nuestros pueblos, urge la integración plena de nuestros esfuerzos para obtener múltiples satisfactores.

Les recuerdo a quienes tengan el honor de servir a su pueblo desde una posición donde su responsabilidad haya salido de una elección popular, que uno de los más preciados haberes es la pluralidad, la realidad es que el poder ha asumido ante ellas actitudes distintas, ahora es tiempo de ratificar caminos, es tiempo de concertación y no de luchas nefastas que vengan a empañar la buena conducción de un gobierno, siempre el que suma y multiplica saldrá avante de cualquier responsabilidad.

Para todos es conocido que el mexicano le repugna el dogmatismo y la rigidez en los negocios públicos; huye de las puntas ideológicas y de los iluminados. Las crisis y la reordenación estimulan la discrepancia, la crítica, la censura y hasta el enjuiciamiento. Ahora todas las fuerzas políticas tienen que encauzar sus potencialidades hacia un bien común en donde los proyectos y programas en beneficio de la ciudadanía se cumplan en tiempo y forma.

Una oposición institucional no puede caer en la trampa de las repugnancias recíprocas a nada lleva, se debe de ayudar a construir las reglas de la convivencia que permitan la operación eficaz de las instituciones del Estado, e impulsen la implantación de una nueva política en donde el Poder Servir sea sin distingos partidistas.

Está demostrado que cuando se quiere obtener la autorización para la aplicación de una nueva Ley de beneficio a la comunidad, si se hace acompañar por la capacidad de concertación, se obtiene el éxito deseado.

Son tiempos modernos ahora se tiene una mayor oportunidad para entrar a la competencia electoral, están apareciendo nuevas formas que buscan implantar nuevos usos de poder, lo único que se requiere es hallar las reglas del juego maduras y aplicables donde se permita la buena marcha en todos los niveles de gobierno, una relación respetuosa con el sector empresarial y el sector social se vea atendido de manera eficaz y oportuna.

Ahora en día, el mundo contemporáneo muestra una mayor sensibilidad ética en todos los niveles de vida y por lo mismo exige, una visión ética de la política, porque desde ahí el mundo actual, tiene que encarar los desafíos que el desarrollo social y político nos impone, es por eso que debemos de adquirir una responsabilidad solidaria en todos los aspectos.

Por lo tanto, la significación verdadera de la vida política es la de construir la vida colectiva conforme a esta exigencia ética. En esto juega mucho el papel de las relaciones humanas con las instituciones concretas para que construyan una verdadera comunidad de reciprocidad en la que cada ciudadano reconozca en el otro a un ser que posee finalidad.

Aparecen fenómenos y problemas preocupantes; como el abrumador crecimiento demográfico, un número cada vez mayor de pobres y su marginación evidente frente a muchas de las conquistas logradas en nombre de la tecnología y el progreso, como también en la democracia, cultura y libertad.

Lo que si hemos notado es que en el ámbito nacional, se percibe una creciente prosperidad de una minoría cada día más poderosa, vinculada al sector financiero y a la industria. Urgente es el demandar más oportunidades de crecimiento a la mediana y pequeña industria para evitar el clima de pesimismo, de desilusión y desencanto.

Por otra parte a diario sabemos que, en el plano político, el poder muchas veces ha protegido la corrupción y la injusticia, ya es hora de borrar esta crisis que ya está afectando en las oficinas gubernamentales de los tres órdenes de gobierno, seamos fieles guardianes de su desempeño.

Nuestras instituciones públicas se están debilitando y exhiben una relativa ineficacia, démosles fortaleza con un voto de confianza a su renovación.

Debemos construir horizontes ambiciosos que nos permitan diseñar estrategias que logren derribar por fin, el más infame de los muros que aún quedan en pie, como es el de la negación de la DIGNIDAD HUMANA.


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