.- Si somos sinceros, ¿cuántas veces nos hemos engañado a nosotros mismos tratando de buscar un ego que surja de un anonimato dirigido?, ante este cuestionamiento, surgen las siguientes expresiones; “yo no lo sabía”, “favor que me hacen”, “no lo merecía”, pero en el fondo se manifiesta la egolatría.

La verdad es que ser autentico no es fácil, porque naturalmente existen obstáculos que es necesario vencer. Este tipo de situaciones se manifiestan en grado superlativo en el sector público, y es aquí donde se desvirtúa la palabra honestidad y la mentira se alimenta, ya que su principal causa es la cobardía.

Ya es tiempo de buscar a verdaderos líderes que sean de una sola pieza, que piensen y actúen con coherencia, sin tapujos, que hablen con la verdad y que sean firmes en sus convicciones.

Porque tal parece que nuestros actuales dirigentes políticos se ponen diferentes máscaras, ocultan su verdadero rostro, que por algún motivo no quieren dejar ver.

FALTA DE CONVICCIONES

Es una lástima que las convicciones ya pasaron a segundo término, conocemos personas que de acuerdo a las circunstancias, fingen un comportamiento falso, difícilmente sabemos qué es lo que piensan cuando se habla de política, escuchan primero y después suman su opinión a la de la persona más importante o poderosa para quedar bien, qué tristeza que se pisotee la dignidad.

No cabe la menor duda que tenemos que ser honestos y ser fieles a nuestra identidad y obrar en la verdad; como decía Lavalle: Obrar cuando se está solo, como si nos vieran todos, y cuando se está a la vista de todo mundo, como si se estuviera solo.

La autenticidad significa ser uno mismo, esto se alcanza cuando hacemos un alto en la vida para ver si nos hemos desviado, si actuamos de acuerdo a lo que pensamos bajo un proyecto de vida que signifique la propia justificación de nuestra existencia.

En lo general hemos creado una situación simulada como en un gran teatro en que cada quien representa uno o varios papeles.

ELCAMINO DE LA POLÍTICA

Quienes hemos incursionado en la política, sabemos de antemano que su camino es difícil y sinuoso, que cada día las famosas ideologías ya no se respetan, simplemente existen compromisos de poder, basados inclusive en la economía y la perpetuidad a sus falsas convicciones.

La cultura materialista sigue floreciendo, nos invita siempre a vivir en cumplimiento de algunas normas absurdas; la simulación, las falsas concepciones de la persona, la superficialidad, donde no vale por lo que es, sino por lo que tiene, o lo que aparenta.

Si analizamos nuestra región de Puerto Vallarta, hemos llegado a la conclusión muchos de los patasaladas; me atrevo a decir que la mayoría, que nuestras raíces siguen en un vaivén del tiempo, cuando lo que se trata es buscar su fortaleza, saber que nuestra autoestima nos ha impedido luchar por lo que creemos por nuestra propia naturaleza y que es el proyecto personal de superación para que este permee en nuestra propia comunidad.

Urgente es saber que la autenticidad es cambio y el cambio supone una conversión constante, una transformación, un mejoramiento. Necesitamos estimados y respetados patasaladas, conocernos para aceptarnos y luchar sin tener miedo para vivir como realmente somos.

ENTES AJENOS A VALLARTA

Es una lástima que personas ajenas a nuestras costumbres, tradiciones y sin sentido de pertenencia, sigan enquistándose en las esferas del poder público local en los tres niveles de gobierno, sin ápice de tolerancia, buscando servirse primero y después a la propia ciudadanía.

Las debilidades más grandes que se tienen; avaricia, mentira, soberbia, manipulación, divulgación de situaciones que conllevan a la desunión y la adulación.

Es momento de estar conscientes de que si sumamos esfuerzos todos los vallartenses, podemos cambiar nuestro destino siguiendo la ruta que nos trazaron nuestros antepasados que fueron hombres y mujeres valientes, con espíritu emprendedor, donde existe un precedente que nos servirá de camino y motivación para que unidos podamos encontrar prosperidad.

Una de las situaciones que padecemos es la mala distribución de la riqueza, ya que empieza a existir pobreza extrema en nuestro municipio, han proliferado los limosneros, robos, extorsiones, etcétera.

Debemos de cuidar que el gobierno no sea ineficiente, porque esto distorsiona las señales económicas y reduce la inversión privada; los ricos se mueven en un sistema en el que obtienen mayores posibilidades de riqueza, lo que genera un círculo perverso, de concentración de la misma.

EL PAPEL DEL GOBIERNO

Efectivamente, el gobierno deberá de convertirse en facilitador de la inversión, pero también su vinculación con este sector privado al igual con el social para lograr que juntos aporten en la construcción de una sociedad prospera, solidaria, justa y plenamente humana.

Lo que tenemos que lograr en esta prodigiosa tierra costeña, es que exista una sociedad incluyente y participativa mediante la difusión de la información, la concientización y la constancia en la vigilancia de la situación social.

Para nadie es ajeno el enriquecimiento inexplicable de algunos personajes que simplemente obraron en detrimento de nuestro propio desarrollo, quedaran señalados ahora y para siempre.

Lo que deseamos es que surja una nueva esperanza donde existan gobiernos comprometidos con la sociedad donde la corrupción e impunidad se extirpen desde su raíz. La acción ciudadana debe de estar basada en una organización donde participe la sociedad civil como vigilantes permanentes para denunciar situaciones de injusticia.

UN CUERPO SIN ALMA

Distinguidos vallartenses, un pueblo que olvida sus raíces y su historia, no tiene futuro, es un pueblo hueco, sin alma. Son los tiempos de actuar con la firme convicción que solamente unidos avanzaremos, es tiempo de construir puentes y no levantar muros, con diálogos francos y abiertos y así de esta manera obtener soluciones razonables duraderas y equitativas.

En la participación cuando se actúa por el bien común y con soluciones compartidas, siempre tendrán éxito.


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