.- Corría el año 1998, año mundialista, me preparaba para crear la sección especial del Mundial de Francia 98 en el VALLARTAN OPINA, con el apoyo del director de ventas, Arturo Ibarra, misma que tendría 16 páginas exclusivamente para el torneo de futbol más importante del planeta.
En esas andaba cuando me entró una llamada en la que me invitaban a una entrevista con la licenciada Susana Carreño a la radiodifusora La Explosiva 590, a la que acudí con mucha curiosidad.
Me encontré con una mujer de carácter fuerte, quien me ofreció la conducción de un programa especial sobre el Mundial de Francia 98, reto que acepté gustoso.
Fu ahí donde conocí a la periodista Susana Carreño quien en poco tiempo se convirtió en un gran apoyo para mí en la radio y poco más tarde en una excelente amiga.
Susana, como directora del noticiario entendía la importancia del deporte en la localidad y en el mundo, por lo que también me propuso un programa de deportes locales en una emisión sabatina, segunda propuesta que acepté encantado, además de una tercera realizar tres emisiones diarias dentro del programa informativo con deportes locales.
Ahí empezó esta gran relación amistosa que se ha conservado con el paso del tiempo, siempre en una línea de respeto, confianza y admiración.
De entre las muchas anécdotas que viví con Susana cuento la que nos sucedió después de empatar con Holanda en un partido que transmitimos desde uno de los salones del entonces hotel Continental Plaza, hoy Canto del Sol.
Narré en vivo un partido emocionante, en medio de un lleno total en el salón en donde se sintió un ambiente en verdad futbolero.
Como dato curioso, en la narración conté con la participación de mi amigo Arturo Ibarra, quien hizo una divertida imitación del timonel argentino César Luis Menoti.
Al finalizar el encuentro, Susana me sugirió que fuéramos a realizar entrevistas al área del caballito de mar del Malecón, en donde la afición acudiría a celebrar el pase a la segunda ronda y el heroico empate mexicano ante el poderoso equipo holandés con anotación del “Matador” Luis Hernández.
Ya antes habíamos narrado los duelos ante Corea del Sur al que vencimos 3 a uno, y frente a Bélgica con el que igualamos a dos tantos con golazo de Cuauhtémoc Blanco.
Al llegar al Malecón iniciamos las entrevistas, solo que estuvimos a punto de ser volcados con todo y camioneta por una encendida afición que además de sacudirnos a un lado y a otro, nos pintó el pelo de colores tanto a Susana como a mí, hasta que terminamos escapando de la fiesta.
Después me convertí en reportero general en el mismo medio, y editor de un periódico impreso de la misma radiodifusora, en los que me tocó otra situación complicada, se trató de una balacera que se dio en un enfrentamiento de la policía con la delincuencia organizada.
Estábamos en la cabina cuando le informaron a Susana lo que estaba pasando y sin dudarlo un instante salimos corriendo al lugar de los hechos, en las inmediaciones de Plaza Neptuno en donde estaba sucediendo el altercado.
Susana bajó corriendo y me pidió que la siguiera, prácticamente se estaba metiendo en el centro del conflicto mientras que yo me escondía detrás de un muro, hasta que me gritó, ¡corre Bátiz, sígueme!
Al final no sucedió nada grave pero sí me llamó la atención la valentía de Susana Carreño, mientras que yo había dudado ante el temor de ser alcanzado por una bala perdida.
Al regresar me contó que nada le daba miedo y me platicó que había estado cubriendo en conflictos mucho más serios como la guerrilla en El Salvador entre otros eventos bélicos.
Después tuvimos otras vivencias interesantes que no vendrían al caso mencionar aquí, sin embargo, he tocado el tema en esta columna deportiva de la gran periodista y extraordinario ser humano que es la licenciada Susana Mendoza Carreño, lo cual me consta al haber estado a su lado en actos humanitarios que ella llevó a cabo con el único interés de ayudar a los demás, porque fue gracias a ella que se le dio una gran difusión al deporte local en algunos medios.
Hace unos días mi amiga Susana fue víctima de la barbarie, de la intransigencia de quien no acepta la crítica y no respeta la libertad de expresión, sufrió un atentado que puso en peligro su vida, y que de milagro sigue mantiene en este mundo en donde aún tiene mucho por ofrecer la gran periodista, mujer y valioso ser humano que es.
Desde aquí (porque no me dejaron entrar al hospital a verla) le mando mis respetos, saludos, gran admiración y deseos de que la recuperación se dé plena y no queden secuelas de este hecho bochornoso que fue aún más lamentable ante la declaración de irresponsables que se atrevieron a decir que se había tratado de un intento de robo.
Susana ha marcado un antes y un después en el periodismo de la región, además de apoyar al deporte de una manera importante desde los medios en los que se ha desempeñado.
La comunidad periodística se unió en su apoyo, y aunque tuvo que aparecer una fuerte dosis de hipocresía de parte de algunos colegas que constantemente la habían criticado (me consta), y hoy en día “todos son Susana”, lo importante son las acciones, y ahora lo vital es no permitir desde nuestra posición de periodistas, desde nuestras trincheras, que estos vergonzosos actos de barbarie se sigan permitiendo y queden impunes.
Yo no puedo decir que “soy Susana”, pero sí que me gustaría ser como ella, con ese profesionalismo, esa valentía y sentido humanitario que la caracteriza, razón por la cual siempre, desde que la conozco y tengo el privilegio de ser su amigo, la he admirado y la admiraré siempre”. ¡Vamos Susana, levántate y…habla!