.- Me pregunto constantemente, qué hacer para que las cosas sucedan en beneficio de quienes habitamos este hermoso paraíso, nuestro amado Puerto Vallarta.
Cuando existen ideas comunes y estas sean en torno a un proyecto bien estructurado con rumbo definido donde sobresalga la cultura participativa, plural y democrática; nuestra comunidad será otra, ya que el objetivo principal deberá de ser el bienestar para todos, donde abunde armonía para lograr prosperidad.
A esto se le denomina Pacto para la Integración
A través de los ejercicios gubernamentales han sobresalido falsos redentores que todos los días predicaban honestidad y unión familiar con moralidad y gritaban a los cuatro vientos sintiéndose como los padres de la transformación y que triste desengaño.
Es cierto que se les olvida que muchos somos vallartenses bien nacidos y bien paridos, que tenemos memoria histórica, que hemos seguido los pasos de estos vendedores de esperanza falsos, que lo único que han hecho es buscar su sobrevivencia personal y que las causas nobles del pueblo, están condicionadas a los satisfactores personales que redunden en su propio beneficio.
Lo que me satisface es que ya estarán señalados para toda la vida.
En estos días la confianza en los políticos está por los suelos; es confusa la propia interpretación del servicio público, porque el orden y la disciplina se están extinguiendo, las tradiciones y costumbres se están perdiendo.
Mientras no se preste atención a opiniones divergentes y propuestas de alternativas a las soluciones comunes y la terquedad ocupe un lugar preponderante en la conducción de un pueblo, su futuro será siempre incierto, al pasar el tiempo sus gentes jamás olvidaran y no perdonaran a los causantes del infortunio.
Tenemos una nueva sociedad más demandante, que está creando una nueva conciencia de participación y al mismo tiempo está perdiendo el miedo a denunciar toda clase de corrupción e impunidad.
Hacemos votos para que en las próximas elecciones estatales del gobierno de Jalisco, a nivel congreso y municipios, exista una mayor conciencia electoral para que se distingan actuando con disciplina, apertura, sencillez, atención y con dialogo constructivo.
Por eso propongo recordar que siempre se puede aprender de los demás; hasta que la persona que consideramos ignorante sea escuchada, para ser capaz de extraer alguna enseñanza, aquí se demuestra la inteligencia, por eso jamás se debe de despreciar a nadie.
Buscando siempre el poder servir, ya que este significa la facultad de hacer algo y provocar cambios.
Urgen estrategias reales al analizar en una forma más profunda las actuales circunstancias por las que atravesamos.
Cuando existe una economía que da prosperidad a los gobernados, esto quiere decir que está dando resultados y por lógica es la que servirá.
Ante esta disyuntiva todo lo que implique un avance en el bienestar social, habrá que mejorarlo y lo que no desecharlo, adoptando nuevas acciones a todos los sectores de la población para infundir una nueva actitud de optimismo y confianza. Los actuales tiempos nos demuestran que el único camino al progreso está en la productividad de un Pueblo.
La educación y la cultura juegan un papel importante en el progreso de cualquier nación, es aquí donde se deben de enfocar las baterías.
El integrar un proyecto donde se fundan todas aquellas corrientes, cuyo objetivo sea la prosperidad de las familias, será la médula que haga funcione la parte social y económica que nos lleve a senderos de un progreso que redunde en paz y tranquilidad.
Un pueblo con educación y cultura es garantía de prosperidad.
El buscar otros modos de entender la economía y el progreso, el valor propio de cada criatura, el sentido humano de la ecología, la necesidad de debates sinceros y honestos, la grave responsabilidad de la política internacional y local, la cultura del descarte y la propuesta de un nuevo estilo de vida, harán sin lugar a dudas que vivamos en un mundo mejor.
Los tiempos en la actualidad nos convocan a mejorar nuestro conducir por la vida bajo un clima de confianza de todos quienes formamos parte de esta sociedad.
A veces me pongo a meditar las formas de lograr unión entre los vallartenses, creo que para mejorar las condiciones actuales, es necesario hablar claro poniendo las cosas sobre la mesa y buscar ante una gama de posibilidades la más factible, eliminando influencias negativas destinadas a la desunión.
Es importante convocar a todas las fuerzas políticas e independientes se unan en torno a un objetivo común, la grandeza de Puerto Vallarta, así otros aires se respiraran si existe respeto, desechando las malas influencias donde afloran odios, mentiras y calumnias.
Me recuerdan las palabras de una excepcional mujer la Madre Teresa de Calcuta que decía: “Preferiría cometer errores con gentileza y compasión, antes de obrar milagros con descortesía y dureza”. Por eso reafirmo que el poder siempre debe de traducirse en servicio para lograr el bien común.
Asumamos con orgullo nuestras raíces, demostremos nuestro valor ante la adversidad, impulsando con fortaleza nuestras grandes ambiciones en torno a la grandeza de nuestra tierra, mostrando siempre lucidez en las decisiones.