.- A principios del año de 2019 en Monterrey Nuevo León, tuve el gran honor de estar presente en la ceremonia de cambio de estafeta de la presidencia de la Coalición Latina México, donde don Javier Garza Laguera, tomó las riendas de esta organización en la que soy fundador y miembro del consejo.

El Dr. Alberto Carrillo García fue el jefe de ceremonias, dándole un toque especial a dicho evento donde reino la camaradería y nos hizo sentir a todos los presentes en casa.

No cabe la menor duda que desde ese momento conocí a un ser humano entregado en alma y cuerpo a un humanismo digno de admirar y que hoy ya se encuentra en la casa del Padre.

Cuando caminas por la vida con buena actitud se te abre una luz divina para afrontar cualquier adversidad que se presente, lo he comprobado con emoción cuando por circunstancias propias del peregrinar, sobre todo con problemas de salud te da una fuerza capaz de afrontar con éxito dicha situación.

Recuerdo a mi amigo y compadre de cariño Alberto Carrillo cuando tuve la primera platica de amigos en sus vacaciones en mi tierra Puerto Vallarta Jalisco, a principios del 2019, lugar donde él en compañía de su bella familia disfrutaban a plenitud.

Nunca olvidare sus palabras tan llenas de profundidad cuando reflexionamos en torno a la vida.

Desde el primer momento en que nos conocimos hubo mucha química, era una persona muy inquieta y poseía gran inteligencia privilegiada, cuando nos referimos principalmente a la gracia  de Dios y lo sentíamos con mucha Fe.

Me comenta el compadre: “yo vivo horas extras y las quiero vivir intensamente para poder lograr mi felicidad y de mi familia. Estamos destinados a hacer grandes obras con la ayuda de nuestro Padre,  por algo nos dejó más tiempo”.

Una vez que le relate también de los problemas de salud que había tenido y había sobrevivido milagrosamente. Surgió una identificación tal y en tan poco tiempo al lograr tener una amistad muy sincera con proyectos afines en torno del bienestar de nuestros semejantes.

Nos unió mucho nuestro amor a nuestra Morena del Alma la Virgen de Guadalupe, de tal manera que coincidimos en coadyuvar en el aumento a su devoción llevando a cabo acciones espirituales y materiales para seguirla honrando en su casa la Villa de Guadalupe en su santuario en la Cd. de México y extender ese amor de Madre a través de su devoción en todos los rincones de la tierra.

Situación que hoy asumo con responsabilidad y con su ayuda desde la casa del Padre, seguramente saldremos adelante con la voluntad de un equipo de fieles a esta noble causa que somos millones de seres guadalupanos a mucho honor, hasta el límite de nuestra fuerza.

Ahora comprendo porque vivía tan aprisa mi estimado y respetado amigo Alberto, para el cada minuto y cada hora representaba un tiempo muy valioso para construir proyectos bien cimentados. Tenía la gran facilidad de ser muy creativo, nada le resultaba imposible era muy visionario, había momentos en que no lo comprendía, para el todo tenía una solución.

Poseía una facilidad de palabra que lo hizo obtener reconocimientos de varios países que recorrió con sus conferencias sobre administración de clínicas y sanatorios de salud, dejando grandes enseñanzas.

De profesión odontólogo, llego a ser muy exitoso con varias clínicas en su estado natal Nuevo León, poseía también en sus genes la savia de su padre como empresario, todo esto le permitió ser un magnifico emprendedor.

Tenía un don maravilloso en la relaciones públicas, por su carácter logro tener grandes amistades de todos los sectores de la población.

Esto lo llevó a incursionar en la política situación que por su franqueza no lo ayudo mucho para cumplir sus sueños de convertirse en un verdadero servidor público, con un espíritu de servicio basado en el ser humano, pues siempre abogó por los que menos tienen.

Era incansable a pesar que sabía muy bien que padecía de afecciones cardiacas, nunca dejó de trabajar, siempre su mente dispuesta a seguir creando posibilidades de negocios y promociones en torno a buscar grandes satisfactores para un bienestar creciente y armónico.

Fueron varios momentos que me tocó compartir el pan y la sal, además de escuchar sus sabios consejos, siempre muy positivo nunca le noté decir un no a nada.

Hubo momentos en que creí que corría demasiado sin rumbo, no cabe la menor duda que me equivoque; creo que él tenía una gran relación espiritual con Dios donde sabía de antemano que le quedaba poco tiempo en esta vida por eso su justificación de seguir trascendiendo.

Gustaba de las delicias de la cocina, me comentaba de sus concursos con sus amigos de sus recetas, todo el tiempo recibí la invitación para probar de sus manjares y nuca tuve la satisfacción  de deleitarlos.

Realmente era un amigo a carta cabal, que daba todo por servir y mostrar su cariño, valoraba mucho la amistad.

Lo que me queda muy claro es que siempre busco el bien con su semejantes, para el tratar bien a la vida, su objetivo era buscar satisfactores comunes para que le respondiera positivamente. Siempre alejándose de la oscuridad para ser mejor, dando con dignidad lo que nuestro Dios le otorgó para vivir siempre en armonía.

La última vez que estuvimos juntos e interactuamos, fue en la primera reunión del Consejo de la Fundación de IVIA Group del Instituto de la Visión, en noviembre 25 del 2019, fue Consejero y formó parte de la mesa directiva, siempre con mucho entusiasmo y con aportaciones muy acertadas a la actividad.

Disfrutamos de una charla llena de conocimientos para el buen funcionamiento en la administración de los servicios en la salud,  fue tanto la impresión de los directivos que se vislumbraba el programar una serie de conferencias bajo su coordinación en todas las clínicas del Instituto.

Pues bien respetables lectores, con esta opinión quiero dejar testimonio del paso por la vida de un hombre que dejó mucha huella en mi vida, que supimos aquilatar su amistad y su cumulo de conocimientos que logró escribirlos en textos muy precisos.

Honor a quien honor merece, seguiremos continuando con su enseñanza a través del tiempo que Dios nos permita estar en esta vida tan hermosa y generosa que nos otorgó.

Leyendo a Leonardo Boff un escritor teólogo reconocido internacionalmente, lo recuerdo en una de sus grandes aportaciones en su libro “El águila y la gallina” que la comparo con el sentir de mi amigo Alberto: Cada  persona tiene dentro de sí un águila que quiere nacer.

Siente la llamada de las alturas. Busca el sol. Por eso somos constantemente desafiados a liberar el águila que habita en nosotros. El emprendió el vuelo a la eternidad a una velocidad tal que es impulsado por sus grandes logros terrenales en favor de su prójimo. Que descanses en paz.

Gracias amigo Dr. Alberto Carrillo por tus aportaciones, siempre vivirás en nuestro corazón por siempre y para siempre, pues has dejado una enorme huella que trascenderá a través del tiempo.


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