.- Nuestras creencias y tradiciones, rebasan los liderazgos políticos actuales, porque en ellos existe la esencia y el fervor; actualmente la mayoría de los seres humanos nos convertimos cada día más en objetos comerciales en el mercado de las personalidades, olvidándose de los valores humanos. Lo vimos y lo vivimos con alegría con las manifestaciones en años anteriores al fervor guadalupano dedicadas a la veneración de la Virgen de Guadalupe, nuestra patrona en Puerto Vallarta Jalisco desde su fundación en 1851.
Más de 50 mil personas acudieron a la peregrinación de los favorecidos y similar número recibieron a la antorcha guadalupana CDMX-Puerto Vallarta, una muestra de fe a tan venerable y milagrosa imagen. Debemos de preservar nuestra identidad, que es aquello que se identifica con nosotros mismos, es realmente lo que vale.
Desgraciadamente poco a poco se va perdiendo, al construir un mundo material cuya realidad sobrepasan hasta los sueños. Los efectos profundos que existían hoy en día, tienden a desaparecer, lo peor del caso ni nosotros mismos y menos por los demás, ni por nadie, nos hace caer a un vacío, donde el cariño se va extinguiendo, todo esto producto de la débil comunicación y de las pésimas relaciones.
Me queda muy claro que todos los días los gobiernos se hacen planteamientos muy claros y firmes, a fin de lograr metas y objetivos que nos lleven a estrategias concernientes a resolver problemáticas sociales.
Estas no se resuelven por el simple hecho de no consensar los planes y programas, por ende se convierte en una desconfianza absoluta y se desvían propósitos. Se falla porque no se valoran metas y objetivos, guiándose hacia caminos que conducen a un abismo sin fondo.
Insisto, entre los países pobres y poderosos se agrandan cada vez más las mínimas necesidades; en nuestra nación la riqueza no es equitativa, ésta debe de distribuirse mejor a fin de lograr satisfactores comunes para lograr los equilibrios material y emocional, porque sino estos errores económicos, los pagaremos a un costo muy alto y a un tiempo no muy largo.
Ya se empiezan a sentir fuertemente en el ámbito nacional, estatal y regional de nuestro querido México, es tiempo de buscar una salida digna, dando las herramientas necesarias a los mexicanos a fin de alcanzar prosperidad en sus familias.
En el maratón número 44 de la antorcha guadalupana realizada desde el pasado martes 8 de diciembre con la despedida del contingente de 43 antorchistas a la Cd de México con una misa solemne y muy emotiva a las 5.30 a.m.
El miércoles 9 de diciembre se celebró al medio día misa especial en el altar mayor de la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México, inicia así este peregrinar por alrededor de 80 horas con la llama encendida que significa la luz de Cristo y culminó el pasado sábado 12 de diciembre del 2020 a las 10 p.m. con su llegada a la Iglesia de Guadalupe en nuestra amada tierra Puerto Vallarta, misión cumplida, nos deja una gran enseñanza del nuevo estilo de vida al que nos enfrentamos.
Nuevamente tuve el privilegio de acompañarlos en su peregrinar alrededor de 27 horas desde Ameca, donde su recibimiento fue con todas las precauciones sanitarias para evitar el contagio del Covid 19, al igual en Atenguillo, Talpa y Mascota.
A la llegada a nuestro municipio, se evitaron las aglomeraciones para la previsión por eso se evitó el llegar a horas picos de la concentración de los feligreses. Agradecemos a las autoridades federales, estatales y municipales por el apoyo recibido, mención especial a la Secretaria de Turismo Nacional por el resguardo para la seguridad desde el inicio hasta el final de la jornada por los Ángeles Verdes.