.- Cuando tomé la decisión de pedirle a mí amada Mary Elena que fuese mi esposa, y ser correspondido, brilló en mí la esperanza, la dicha de ser padre, y a Dios gracias se me concedió.

Tuvieron que pasaran ocho años de noviazgo para lograr llegar al altar del amor, y jurar de acuerdo a los cánones del sacramento del matrimonio, en enero de 1979 en una hermosa ciudad del norte, la bella Chihuahua Chihuahua.

Estado grande, noble y leal que admiro por la productividad de sus habitantes pero sobre todo por la creatividad y pertinencia en estas tierras norteñas de climas extremosos donde ponen ejemplo de su laboriosidad. Un tiempo de buenas ilusiones, pero también gozando de la felicidad del compromiso contraído por una pareja que desde el primer instante que nos conocimos nos amamos.

Fue en esta tierra privilegiada nuestro paraíso Puerto Vallarta Jalisco, donde se encendió la mecha del amor y culmino en el norte, fue en un invierno donde el tiempo nos brindaba la unión entre dos seres que juntaban el mar con la llanura. Sellamos nuestro compromiso ante Dios con un SÍ que retumbó en lo más profundo de nuestro corazón y que hasta la fecha se seguirá prolongando hasta que la muerte nos separe.

UN REGALO DE DIOS

De este intenso cariño, nace nuestra única y primogénita hija Mary Elena, regalo de Dios que desde el primer instante de su arribo, nuestra alegría sigue desbordada por un amor que contagia por su gran talento y cualidades fuera de serie, donde renace siempre su deseo de superación en todos los aspectos.

Su vida a través de múltiples facetas sigue fluyendo, siempre buscando el trascender para justificar su propia existencia viviendo a plenitud cada una de sus enseñanzas.

Su carácter se ha forjado por las circunstancias que se han presentado, y las ha sorteado de manera que sirvan de experiencia ante aquellos problemas que se susciten en sus actividades o bien en sus relaciones, por eso mi admiración respetuosa a mi bella hija, mi orgullo, que brotó de una pareja humana unida y fecunda colocada por Dios para cultivarla y protegerla.

Fue creciendo con principios muy fuertes, viajamos a algunas partes de la República Mexicana por motivos de mi trabajo, se adaptaba de inmediato por su carácter; su liderazgo desde niña se hacía notar en todos los niveles de su educación con fortaleza por su formación familiar.

Mucho agradezco a mi esposa Mary Elena por su dedicación a nuestra hija Maryta siempre con ella en sus tareas, sus consejos, pero sobre todo cuidando en todo momento su formación como mujer. Fue así que en cada paso de su preparación académica lo hizo con mucha responsabilidad, motivo de sus éxitos en todos los aspectos.

UN REGALO EXCEPCIONAL

Recuerdo cuando terminó su carrera profesional de abogada en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Guadalajara, sentí una satisfacción por este excelente logro y más cuando se tituló, prefirió un examen general donde le dedicó un tiempo prudente a su preparación.

Nos pidió únicamente que al final del día señalado por las autoridades universitarias, esperáramos el fallo que tenía la certeza que aprobaría ya que sentía segura de sí misma.

Ese mismo día con una sonrisa hermosa nos comunica; “Papá, mamá, ya soy abogada, este es mi regalo de aniversario de su boda.” Más adelante nos expresa su deseo de contraer matrimonio con su novio Alberto Lemus Mateos, me siento feliz porque hacen una pareja ejemplar que nos ha dado mucha alegría pero sobre todo por la llegada de sus bellas hijas que son mis energías, Maya y Leonor. Durante este tiempo decide estudiar la maestría en Fiscal en la UNIVA, y a seis años de su aniversario de su boda, este 6 de febrero del 2016 recibe su acreditación como Maestra.

Motivo muy grande para sus padres, esposo e hijas, por este esfuerzo coronado, nos hace sentirnos muy orgullosos de nuestra hija y lo digo a los cuatro vientos: mi orgullo.

SATISFACCIÓN POR LOS HIJOS

Qué regalo estamos recibiendo de mi hermosa hija, le admiro su inteligencia, creatividad, perseverancia, su optimismo amables lectores, contagia. Por eso hago esta reflexión; necesitamos vernos a nosotros mismos como personas capaces, con las suficientes cualidades, talentos y habilidades para resolver problemas y enfrentar las adversidades de la vida para seguir adelante.

No me queda la menor duda que la persona optimista tiene una visión objetiva de la realidad y es capaz de darse cuenta de las desventajas de la situación.

Puedo decir también que el optimismo se hereda, nunca darse por vencido siempre ha sido nuestra tarea en la familia.

Esta opinión estimados lectores se la brindo a mi bella hija Maryta pero también a quienes en sus familias tienen la satisfacción d sentirse satisfechos por tener hijos e hijas que buscan afanosamente su prosperidad a cambio del sacrificio por un tiempo, donde dedican el cuidado a su familia y de sus estudios para buscar siempre la esperanza con el deseo de hacer planes, con la intención de buscar objetivos, sintiendo que puede tener el control intencionado y confiado sobre la vida.

He sacado a conclusión al ver coronado una vez más los anhelos de mi orgullo, que el optimismo, combinado con la valentía, esperanza, vitalidad, confianza y persistencia son capaces de cambiar nuestras vidas, y desde luego a hacernos más felices.

Le doy gracias a Dios por darme el tiempo para ver los logros de mi hija Maryta, como hija, esposa, madre y amiga. Puedo decir que de los gozos más hermosos y espontáneos que en visto en mis años de existencia son los logros de mi pequeña gran familia.

Quisiera hacer votos para que todas nuestras familias conserven la unidad y la alegría, es necesario ser perseverantes para desafiar con más decisión y entereza los problemas; urge tener mejor humor, mejor salud y más éxito en la vida, propongámonos a convertir las crisis en oportunidades, solo así podremos salir fortalecidos de situaciones traumáticas o estresantes.

Hagamos un compromiso con la sociedad donde nos desarrollamos, heredando a las generaciones venideras una plataforma amplia, sólida y más confiable, para que su destino tenga guía y brújula constituyendo un verdadero blindaje que garantice un futuro lleno de certidumbre.


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