- Para muchos niños y niñas regresar a la escuela es emocionante; pero, para otros, puede representar un desafío difícil de superar que se agrava en un entorno post-pandemia, en el que el acompañamiento de padres y tutores es fundamental, explica Experta CETYS
.- El regreso a clases puede ser un evento emocionante para muchos niños y niñas, que se sienten alegres por estar en su salón nuevamente, por ver a sus compañeros y amigos, jugar en recreos y aprender cosas nuevas. Pero, para otros, regresar a la escuela puede representar un desafío que deben enfrentar no solo los infantes, sino también sus padres o tutores.
Mención aparte merece el hecho de que, en particular, el del verano del 2022 es un regreso a clases diferente, uno después de varios ciclos escolares cursados desde casa y en modalidad híbrida, lo cual trajo cambios importantes tanto en la educación como en el desarrollo del infante, señaló la Mtra. Daniela Díaz Flores, docente de la Escuela de Psicología de CETYS Universidad Campus Mexicali.
En los últimos meses, añadió, “ha sido un gran desafío el desarrollo emocional y social en la niñez. La socialización con otros niños y niñas, les permite aprender sobre los límites, comunicación, lenguaje y manejo emocional.
Para algunos de ellos es complicado expresar sus emociones, tolerar la frustración, la espera de turnos, o iniciar y mantener una conversación; Después de vivir un periodo de encierro y con distintas modalidades de enseñanza, los niños y las niñas cuentan con pocas o escasas habilidades para la socialización y expresión emocional, pues tuvieron pocas oportunidades de ir adquiriendo dichas habilidades a través de la interacción de los demás infantes”.
En este contexto, la docente comparte algunos tips para ayudar a los más pequeños de casa a relacionarse con su entorno y para propiciar su adecuado desarrollo emocional:
Identifica: Apóyale para que logre identificar qué emoción está sintiendo. Esto le permite nombrar su emoción y conocer la mejor manera de expresarla.
Prepara: Al ser una experiencia nueva para muchos niños y niñas, asistir a la escuela les puede causar nerviosismo. Involucrarlos en dejar todo listo, preparar su mochila, sus útiles escolares con sus nombres, así como mencionarles la dinámica que tendrán en sus actividades de la escuela, es una buena forma de empezar a prepararlos.
Acompaña: Existen diferentes maneras de acompañarles en este regreso a clases, una de ellas es hacerse presente en los pequeños detalles: una nota de ánimo en su almuerzo, mostrarle el orgullo que sientes por sus logros, e incluso algo tan sencillo como platicar en el camino a la escuela, son ejemplos de forma de acompañarle en su proceso y lograr que sienta tu apoyo.
Atiende: Muchos niños y niñas, al regresar a clase, comparten mediante pláticas cómo les fue en su escuela. Es importante considerar que el escucharles con atención, verles y dejar de hacer la actividad que estás realizando es una manera de mostrarles tu interés.
Si el niño o niña no comenta nada, igualmente presta toda tu atención para identificar qué emoción está sintiendo y respeta que en ese momento no tenga ánimo para hablar. Después, pregúntale sobre su día, formulando preguntas cuya respuesta sea más que “si”, “no”, “bien”, “mal”. Algunos ejemplos de preguntas son: ¿Qué fue lo que más te gustó de tu escuela?, ¿Qué jugaste en el recreo?, ¿Qué aprendiste el día de hoy?
Realiza seguimiento: Prestar atención continúa a las emociones de los niños y niñas, a sus comportamientos y a sus comentarios, contribuye a identificar si su experiencia académica está siendo positiva o si algo puede mejorar.
Juega: Jugar es una gran forma de involucrarse en conocer las emociones de los niños y niñas. Pero, no se trata solamente de acompañarlo a jugar, sino de involucrarse en el juego; desde colorear, usar muñequitos, carritos, realizar manualidades, todo esto promueve la comunicación y la relación cercana entre padres/tutores e hijos.
Si el infante presenta comportamientos agresivos, se aísla, muestra indiferencia o comunica que no se siente cómodo en la escuela, o bien, que ha existido algún problema con un profesor o compañero, es importante acudir a la escuela para preguntar qué es lo que pasa y ver cómo pueden contribuir, tanto la familia como el o los docentes, y así trabajar en equipo en beneficio del niño o niña.
“Cuando estos casos llegan a complicarse, un psicólogo del área infantil puede apoyar a la familia, a la escuela y al infante para conocer las causas de su malestar, así como las estrategias adecuadas para fortalecer su área emocional”, detalló la especialista.