- Cientos de turistas canadienses y americanos abarrotaron playas y calles del pueblo ostionero y expresaban admirados “beautifu…l”
Nayarit Opina.- Histórica concentración de turismo canadiense y americano, así como residentes locales se registró en la plaza principal de Bucerías, con motivo de las fiestas patronales en honor de Nuestra Señora Reina de la Paz, y el principal atractivo fue la procesión de embarcaciones desde la Cruz de Huanacaxtle.
Cientos de turistas extranjeros residentes en el pueblo, dejaron sus habitaciones en los condominios de lujos para recorrer las calles alrededor de la plaza principal, pero sobre todo para admirar el desfile de lanchas adornadas con flores naturales y papeles de colores que navegaron durante media hora.
Muchos más ocuparon mesas completas de los restaurantes de playa como Mariscos El Gordo, el Mary Sol, el Adriano’s de Adrián Cuervo, el Chivero de Alberto Quintero, y todos los demás establecimientos registraron un lleno total, de turistas que tomaban una cerveza, refrescos preparados o un café para esperar la llegada de la procesión religiosa.
Minutos después de las 11:00 a.m. un centenar de embarcaciones se aproximó a la playa del centro de Bucerías, desde la Cruz de Huanacaxtle, con sus flores y adornos de colores, lo que levantó un rumor polifónico, magnificado por el sonido donde un narrador marcaba los detalles de la procesión.
“Beautiful…” expresaban los angloparlantes, mientras los locales aplaudían la presencia de las familias de los pescadores y buzos que participaron en el desfile. Que en sus embarcaciones traían a la reina de las fiestas, a la imagen de Nuestra Señora de la Paz y del Buen Viaje, nombre original.
Pero también llegó la reina elegida de las fiestas una jovencita que portaba orgullosa su brillante corona, acompañada de sus damas. Antes de hacer el desembarco en la playa, las lanchas formaron en el mar una simbólica cruz y luego la nave insignia se dirigió hacia la playa llena de gente, por lo que un grupo de policías tuvieron que retirarla y abrir espacio para que la pequeña lancha encallara en la arena, a la que se subió a gran velocidad, operación que solo se realiza por marineros con mucha experiencia.
Solo dos o tres embarcaciones hicieron esa operación y las demás que las acompañaban se regresaron a la Cruz de Huanacaxtle, ya que a partir de las 11:00 horas, el oleaje se altera y es difícil desembarcar. La gente se quedó admirando el mar y admirando las embarcaciones y a las familias que luego se incorporaron a la fiesta transportados en automóviles particulares.
Se ofició la tradicional misa en la parroquia y al terminar, en el pequeño atrio y en los jardines de la iglesia, se formaban ruedos para admirar a los danzantes prehispánicos que hicieron numerosas danzas para delicia de los turistas extranjeros.
Luego en el mismo atrio se presentó el grupo de Mariachi Navidad, lo cual disfrutaron los turistas extranjeros. Pero no fue todo, porque frente a la iglesia, en la parte del jardín se instaló un puesto de tacos al carbón y un grupo de taqueros y meseros encabezados por su propietario, comenzaron a regalar tacos a todos los que se acercaban y la mayoría eran gente local o turistas nacionales, porque los extranjeros no conocen esa delicia.
Mientras tanto al otro lado de la plaza los charros la mayoría vestidos de gala, presumían sus cabalgaduras y en particular sus caballos bailadores al ritmo de las cumbias y corridos de la banda que no cesaba de tocar, mientras los turistas no cesaban de tomar fotos.
CALLES CERRADAS
En el centro de Bucerías literalmente no se podía dar un paso por la gran cantidad de gente que iba y venía, pero sobre todo por la gran cantidad de puestos de comida y de toda clase de mercaderías que se instalaron en las calles y es que llegaron a hacer negocio toda clase de comercios de muñecos de peluche, juegos mecánicos, venta de joya barata, y hasta los del juego de “donde quedó la bolita”, con su clásica mesita y su pandilla.
En resumen, desde las playas hasta las calles perpendiculares a la carretera se llenaron de gente y de puestos traídos de quien sabe dónde, porque lo más seguro es que no sean de Bucerías.
Sobre la calle Alfredo V. Bonfil se instalaron negocios de comida y en los alrededores de toda clase de mercancías. Entre los charros no faltó que se pasearan los políticos de turno, que esperan cosechar simpatías, solo porque se juntan con los habitantes del pueblo en sus días de fiesta.