.- El 17 de enero de 1944 la Oficina de Servicios Estratégicos de Estados Unidos (OSS), la actual CIA, publicó un «Manual de campo de sabotaje», un libro con guías para boicotear la productividad de los nazis, convirtiendo sus empresas en ejemplos de ineficiencia.
Para ello no se emplearían explosivos, armas ni violencia, sino que se trataba de algo tan sencillo que cualquiera, tuviera el puesto que tuviera, podía hacer: ser un mal empleado.
La idea de Washington era boicotear desde dentro la productividad de los países enemigos u ocupados de una manera calculada, organizada y planificada.
Para ello, los agentes de la OSS utilizarían este manual para entrenar a trabajadores para que sabotearan la productividad de sus empresas. En 2008, la CIA decidió desclasificar y publicar el documento, con prácticas empresariales ineficientes, que seguro que nos sonarán porque todos las hemos sufrido en nuestras propias empresas.
Atentos a ver si os suena todo esto:
✔ Para convertir una reunión de trabajo en una pérdida de tiempo, interviene con largos discursos repletos de anécdotas y de cuestiones irrelevantes constantemente
✔ Sé lo más impreciso posible al redactar comunicaciones
✔ Burocratiza todo al máximo, exigiendo que las decisiones tengan que pasar por la mayor cantidad posible de despachos y evitando atajos que ayuden a agilizarlas
✔ Da prioridad a los trabajos más irrelevantes y secundarios
✔ Asigna los encargos de mayor importancia a los empleados más ineficientes e ineptos
✔ Promociona a los empleados más incompetentes
✔ Programa reuniones irrelevantes cuando el departamento esté más saturado de trabajo
✔ Retrasa los trámites para eternizarlos al máximo
✔ Trabaja lo más despacio que puedas y realiza interrupciones constantemente para que todo se retrase
Básicamente, los servicios de inteligencia estadounidenses animaban a sus colaboradores e inflitrados, a sacar lo peor de cada uno como empleado, a ser el peor empleado posible.
Y ojo, que esto es 100 % real, no es una leyenda urbana. Para quien tenga dudas, aquí os dejo el documento original para su descarga de la Biblioteca de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
Echando la vista atrás, recuerdo a compañeros que siempre intentaban escaquearse y que entregaban su trabajo mal y tarde. También recuerdo algunas reuniones más centradas en chorradas superficiales que en los temas realmente importantes. E incluso recuerdo cómo normalmente eran los incompetentes los que más prosperaban y que la toma de decisiones se eternizaba.
Quién sabe, llevo años pensando que mi empresa y mis jefes eran un desastre cuando, a lo mejor, estaban siendo víctimas de agentes secretos de los servicios de inteligencia de una nación enemiga. O ellos mismos eran los espías.
Seguro que era eso…
Iván Fernández…