• Este fenómeno psicológico puede traer consecuencias, por ejemplo, en el ambiente laboral, de limitar el crecimiento dentro de la empresa, o incluso a los jóvenes, dentro del área académica, mencionó la Experta CETYS.

.- No creer cuando se sube de puesto, se alcanza una meta o simplemente se realiza un buen trabajo, es una característica que define el síndrome del impostor, un trastorno psicológico en el que las personas son incapaces de aceptar sus logros, puede darse en un entorno laboral, social y personal.

“No creen que realmente merecen el reconocimiento que están recibiendo. Externamente, hay gente que reconoce su capacidad, o tiene un ascenso en el trabajo, pero se sienten como si en cualquier momento fueran a ser descubiertos, como si estuvieran ahí por un golpe de suerte”, explica la Mtra. Ivon Aidé Guerrero Ceballos, directora de los programas de Psicología en CETYS.

Mtra. Ivon Aidé Guerrero Ceballos

Este síndrome fue identificado en 1987, por las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imss, siendo las principales pacientes mujeres, posteriormente se supo que este también lo podían afectar a hombres.

Este fenómeno psicológico puede traer consecuencias, por ejemplo, en el ambiente laboral, de limitar el crecimiento dentro de la empresa, o incluso los jóvenes, “tengo el 10, pero no sienten que realmente merezca esa calificación y demeritan los esfuerzos hechos para poder adquirir el reconocimiento”.

Dicha sensación de no creer merecer algo puede provenir desde la crianza, de una exigencia, si de niño se tenía una buena calificación en la escuela, se considera normal, una obligación, entonces cuando el menor, ya de adulto, llega a tener un logro no lo considera algo extraordinario.

También está relacionado con la baja autoestima, no sentirse valioso o reconocido, está relacionado con la perspectiva que se tiene de sí mismo.

“Las personas pueden pensar que es mejor quedarse en un solo lugar, porque si hacen algo más, ahí los demás se darían cuenta de que no tiene el talento o la capacidad para seguir creciendo.

Hay personas que pueden sentirse de esta manera, es una situación personal, no lo ven los demás”, expresó la Mtra. Ivon Aidé Guerrero Ceballos.

“A veces es importante que también se puede reconocer cuáles son las limitaciones que se tiene, todos tenemos, por ello es válido decir hasta aquí puedo y hasta acá”.

Para poder lidiar con el síndrome del impostor, ya sea que la persona lo enfrente en un entorno de trabajo o académico, se recomienda consultarlo con un psicólogo, finalizó la Experta CETYS.


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