.- Karl Plagge nació en Darmstadt en 1897. Tras sobrevivir a la Primera Guerra Mundial como soldado de infantería, se licenció en Ingeniería Mecánica y obtuvo un doctorado en Análisis químico en 1924.

En 1931 se unió al Partido Nazi, ya que se sentía identificado con las ideas nacionalistas de Hitler en relación con el resurgimiento nacional de Alemania, sin embargo, no comulgó con sus políticas antisemitas de 1935, por lo que fue excluido de sus cargos en el partido por considerársele proclive a fraternizar con judíos.

En 1939 fue reclutado para el ejército como parte de una unidad móvil de recuperación mecánica en la que alcanzó, tres años más tarde, el rango de mayor. Tras su ascenso fue enviado a Lituania como comandante de su equipo, al que asignaron una unidad de recuperación de blindados de la Werhmacht con base en un campo de concentración dentro de la ciudad de Vilna.

En este campo, denominado Heereskraftfahrpark HKP 562, que estaba bajo la supervisión de las SS, Karl Plagge fue testigo de las atrocidades contra la población judía del Gueto de Vilna.

En agosto de 1943, las SS ya habían exterminado a unas 40.000 personas en Vilna y tenían planes para liquidar al resto de los integrantes del gueto, por lo que Plagge decidió utilizar su posición para salvar vidas.

Para ello, despidió a la mano de obra polaca que trabajaba en su unidad y, poniendo como excusa el bajo coste de la mano de obra esclava, reclutó a prisioneros judíos del gueto.

Plagge argumentaba que la mano de obra judía cualificada era esencial para el esfuerzo bélico e hizo todo lo posible para proteger a sus trabajadores.

Expedía certificados falsos en los que declaraba a judíos sin formación como “mecánicos cualificados” e insistía en alojar a las familias juntas para “elevar la moral”. Incluso creó talleres de costura para emplear a mujeres y niños protegiéndolos de la ira de las SS.

En realidad, estaba creando un refugio para más de 1.000 judíos bajo su protección, asegurándose de que recibieran comida adicional, leña para calentarse y atención médica.

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El 2 de julio de 1944, Plagge recibió órdenes de movilizar su unidad debido al avance soviético, por lo que tendría que deshacerse de sus judíos, así que decidió advertirles en un discurso frente a ellos y representantes de las SS.

Para que su plan no fuera descubierto por las SS, les advirtió en público que no podían irse con ellos, que su protección llegaba hasta ese punto y que las serían evacuados y escoltados por una organización dedicada a la protección de los refugiados para ser reubicados y reinstalados.

Los trabajadores entendieron aquel mensaje en clave que acabaría salvando las vidas de 250 de ellos. El resto fueron fusilados por escuadrones de las SS al día siguiente.

Tras la guerra, Karl Plagge fue juzgado por crímenes de guerra y por su participación en el régimen nazi. Los supervivientes judíos a los que había salvado se presentaron para testificar en su defensa y fue puesto en libertad sin cargos.

Plagge vivió en su ciudad natal hasta su muerte en 1957, a los 60 años de edad, víctima de un cáncer cerebral y en el olvido. Su heroísmo pasó prácticamente desapercibido hasta décadas después, cuando la familia de uno de los supervivientes de Vilna descubrió su historia al mundo.

En el año 2005, recibió el título de Justo entre las Naciones, en reconocimiento a la ayuda que brindó al pueblo judío.(Iván Fernández)


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