.- El médico John Langdon Down nació un 18 de noviembre de 1828 en Torpoint, una localidad inglesa de Cornualles. Años de cursos y estudios, que le permitían la herencia que le había dejado su padre, le auguraban una brillante carrera, pero sorprendió a todos con un movimiento inesperado.
En 1858 solicitó el puesto de director médico del Royal Earlswood Asylum, en el condado de Surrey al sur de Londres, un asilo «para débiles mentales e idiotas», como eran conocidas estas instituciones en aquella época.
Antes de Earlswood, John no había tenido experiencia en el cuidado de personas con discapacidades, pero algo en ellas le interesaba. él mismo contaba que, durante una tormenta de verano siendo niño, se refugió en un cobertizo junto a otra niña con retraso mental. Aquel día se preguntó si no se podía hacer nada por ella. Fue una premonición de lo que le deparaba la vida.
Porque John veía su valor y su humanidad en una época en la que otros no lo apreciaban y disfrutaba estando cerca de estas personas. Además, se enfurecía por la forma en que las trataban, ya que el castigo físico era muy habitual, había mala higiene y altas tasas de mortalidad entre ellos.
El doctor Down insistió en que aquello debía cambiar. Para ello, contrató nuevo personal profesionalizado, exigió una atención e higiene adecuadas, prohibió los castigos, mejoró las instalaciones y proporcionó una amplia gama de juegos y de entretenimientos.
John fue de los primeros en utilizar la fotografía como forma de recopilar datos, haciendo hermosos retratos de sus pacientes vestidos con sus mejores vestidos y trajes y posando de una manera favorecedora.
Utilizó esta colección de más de 200 fotografías para respaldar la primera exposición clínica del síndrome de Down, describiendo las características faciales, la anormal coordinación neuromuscular, las dificultades que mostraban con el lenguaje oral, así como la asombrosa facilidad que tenían para imitar a los médicos y su gran sentido del humor.
En 1868, compró una gran mansión para albergar a personas con este síndrome, pero en lugar de utilizarla como una institución médica de internamiento, se aseguró de que la mansión cumpliera con los más altos estándares de comodidad e higiene.
Todos sus pacientes recibieron educación privada, se les enseñó a montar a caballo, a hacer jardinería y manualidades, se les proporcionaban espacios creativos en los que cultivar sus habilidades e incluso construyó un teatro para ellos.
La mansión de Normansfield, como era conocida, todavía sigue en pie en el Reino Unido, aunque ahora se llama The Langdon Down Center y pertenece a la Asociación del Síndrome de Down, la única organización benéfica del Reino Unido que ofrece apoyo para todos los aspectos relacionado con el síndrome de Down.
Por todo el trabajo, el cariño y las aportaciones del doctor John Langdon Down a los afectados por este síndrome, en 1961 tomó su apellido, llegando hasta nuestros días con la denominación actual de «Síndrome de Down».