.- Grace Banker nació en 1892 en Passaic, Nueva Jersey, en una modesta familia estadounidense. Grace se formó como telefonista en AT&T, donde las mujeres dominaban el oficio desde 1878.
Era un trabajo agotador, ya que había que conectar llamadas en segundos, memorizar códigos y trabajar turnos interminables, pero Grace era brillante, así que, cuando el ejército pidió voluntarias bilingües en inglés y francés, no lo dudó.
En 1918, lideró la primera unidad de 33 “Hello Girls” enviadas a Francia, bajo el mando del general John Pershing. Su misión: operar centralitas en zonas de guerra, conectando cuarteles, hospitales y trincheras.
Las “Hello Girls” trabajaban sin parar. En Chaumont, Francia, administraban hasta 10.000 llamadas al día bajo presión constante, ya que, durante las ofensivas, como la de Meuse-Argonne, las líneas de comunicación eran vitales para coordinar tropas y salvar vidas.
Grace y sus compañeras trabajaban en refugios subterráneos, con bombas cayendo cerca de ellas a todas horas, ya que trabajaban a pocos kilómetros del frente, expuestas al gas mostaza y los bombardeos. Una noche, un incendio destruyó su refugio, pero siguieron conectando llamadas mientras evacuaban.
Su lema era: “Mantén la línea abierta, pase lo que pase.”
Pero no era fácil. El ejército las trataba como civiles, no como soldados, negándoles uniformes, seguros o beneficios. Además, se enfrentaban al machismo de la época, ya que los oficiales dudaban de su capacidad, aunque todos sabían que ellas eran más rápidas que los hombres en las centralitas.
Cuando la guerra terminó en 1918, las “Hello Girls” habían conectado en torno a 26 millones de llamadas, pero al volver a casa, el gobierno les negó el status de veteranas y las relegó al olvido.
Grace y muchas otras lucharon por el reconocimiento, enviando cartas al Congreso e incluso, en 1919, realizaron una protesta silenciosa, por todo el país, pero no fue hasta 1977, tras décadas de olvido, que el Congreso les otorgó estatus militar.
Grace recibió la Medalla de Servicio Distinguido, una de las pocas mujeres condecoradas.
Más de 200 “Hello Girls” sirvieron en la guerra, pero sus nombres, como los de Louise LeBreton o Merle Egan, apenas se recuerdan. Su trabajo aceleró la victoria aliada, conectando generales con soldados en tiempo real. Sin ellas, la guerra habría sido más caótica.
Grace murió en 1971, a los 79 años, sin alardear de su hazaña y sin saber que, poco tiempo después, recibiría una condecoración póstuma por ayudar a ganar la guerra manteniendo el mundo conectado.