¿Nos hemos preguntado cual es la razón de vivir de cada uno de nosotros cuando sentimos la necesidad de cuestionar nuestro actuar por la vida, buscando múltiples  soluciones que nos faciliten el camino?

Renegamos muchas de las veces por no encontrar aquellas herramientas que nos hagan ser más efectivos en alguna actividad que deseamos aprovechar para obtener satisfactores que nos redunden en beneficios tangibles.

A veces nuestra realidad se encuentra distante de nuestras metas y objetivos por no adquirir los conocimientos necesarios y algo que hace falta en estos días el sentido común.

Es por eso que dedico en esta ocasión algunas reflexiones que por azares del destino he aprendido por el caminar en esta vida.

Ha brotado en mí como un manantial el orgullo por mi querencia, por haber nacido en este paraíso maravilloso de Puerto Vallarta Jalisco, donde mis padres lo escogieron para la realización de sus sueños y el desarrollo de sus hijos.

Existió mucho amor y responsabilidad en nuestra educación, tomando como eje la solidaridad en la familia, base moral muy profunda siempre actuando con respeto.

Los verdaderos educadores inician con la familia, saben que para educar se debe de dar algo de sí mismo, sólo así se puede ayudar a los hijos a superar los egoísmos y capacitarlos para un amor autentico.

Plantearnos la gran pregunta sobre la verdad que conduce al amor; y el amor implica la capacidad de sentir juntos las alegrías y los sufrimientos.

Sentimiento y responsabilidad deben de estar puestos en nuestro actuar, pero la razón seria y trascedente se extiende a toda nuestra Patria, porque somos solidarios con el pensamiento de la nación que es la suma de los mexicanos y sólo en la medida en que todos cumplamos tareas y deber, aumentaremos la fuerza de México; su capacidad de superar crisis, recuperar ritmos y seguir ascendiendo.

Siempre con voluntad inquebrantable, afirmamos que ninguna adversidad puede impedirnos el arribo del cumplimiento eficaz de nuestro destino. Tomando en cuenta que constituye el instrumento más eficaz que poseemos para la consecución de nuestros anhelos y asi obtener una prosperidad duradera.

Algo que siempre me pregunto, como debemos de distinguir entre la libertad y la disciplina para poder armonizar nuestra actuación de todos los días, eso se educa así; nos hacernos cómplices de los errores, ni fingir que no los vemos.

En la base está el testimonio, que es la forma de vida que es lo que hace creíble y se logra sobre todo en la coherencia de la propia vida, expresión de amor autentico. Debo reconocer que algunas de las veces somos frágiles y tenemos errores, pero cuando los reconocemos no disminuye nuestra credibilidad.

Lo más importante es empezar de nuevo, meterle todas las ganas para lograr ganarnos nuestra propia confianza con emoción y temple.

Siempre he dicho que en la cultura cuando existe unidad en todos nosotros se preserva y enriquecen todas sus manifestaciones por eso luchemos por ellas protegiendo y cultivando los valores que  nos otorgan identidad.

Busquemos nuestros propios defectos para que en base en el análisis profundo con el deseo de la superación, los trasformemos en cualidades y así sirvan de pauta de conducta para los demás, demos pues un ejemplo de nuestro hacer y no solo de pensar, destrozando completamente la practica viciosa de la improvisación.

Son los tiempos  de razonamientos que impliquen el bienestar de nuestras familias en todos los aspectos, por eso siempre insistiré en lograr que nuestra sociedad conserve los principios que hagan florecer nuestra actuación.

Hace algunos años escuche estos pensamientos que me hacen recordar que si Dios nos dotó de la razón, debemos de analizar que la inteligencia es una competencia que al ser humano le sirve para conocer la realidad, entenderla y llegar a la verdad, así, en torno a esta situación tomar las decisiones adecuadas que le permitirán crecer, desarrollarse y mejorar como persona.

El amor no está peleado con la inteligencia, al contrario, al educarla y ponerla al servicio de nuestro matrimonio seremos capaces de tomar las mejores decisiones para nutrir y madurar la relación.

Resulta importante el justificar nuestra propia existencia; el tener un hogar bien armonizado es sinónimo de lograr la tranquilidad para hacer que las cosas sucedan en beneficio de nuestras familias.

La comunicación es indispensable para obtener fortaleza, además de solidaridad cuando sea necesaria, siempre estamos expuestos a cualquier circunstancia. Hagamos a un lado los miedos, cuando se tiene cariño, amabilidad, respeto y se brinda confianza, se mejora todo en nuestra relación.

Los retos cada día son más fuertes, solamente con emoción, inteligencia y creatividad lograremos cumplir con nuestros objetivos. La honestidad jugara un papel importante para lograr la confianza y asi la prosperidad llegara y se mantendrá por mucho tiempo.

Quiero también enfatizar, creer que el dinero y el poder nos traen la felicidad nos ha llevado a alejarnos de nuestra propia sociedad donde convivimos. Pensar que nuestra vida depende de lo que pasa a nuestro alrededor nos ha hecho perder el control de nuestras vidas.

Somos seres hechos a imagen y semejanza de nuestro Creador, el mundo lo hizo disfrutando para que todos lo habitáramos en completa armonía. Hoy en día estamos siendo testigos de las transformaciones que hemos hecho donde predomina la contaminación y la constante lucha de los más poderosos por buscar el control de nuestras vidas logrando divisiones que se han convertido en una verdadera pandemia originada por la ambición y avaricia.

Podemos solamente salir adelante cuando no perdamos el sentido de ubicación, creando verdaderos liderazgos que defiendan la dignidad en su máxima expresión. Vemos con tristeza que el abuso sigue vigente, lo más importante que el gigante dormido ya está despertando,  se volverá exigente ya no resiste engaños porque está deseoso de tener bienestar creciente.

La libertad humana posee una grandeza increíble, Dios nos la dotó.


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