.- Después de que a finales de 2018, el Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, señalara al Gobierno Federal las fallas que tenían estos elementos amortiguadores, han quedado finalmente instaladas las mil 424 piezas nuevas que ahora sí cumplen con estándares nacionales e internacionales

Si se circula por Revolución, Ávila Camacho o Laureles y voltea hacia las columnas de la L3 del Tren Ligero de Guadalajara, se podrá observarlos a simple vista.

Los neoprenos son una especie de almohadillas de color oscuro colocadas justo en la base de las columnas, las cuales impiden que haya un impacto directo de la estructura con la vía y evitan que estas sufran cualquier tipo de daño, desnivelando la vía, poniendo en riesgo la estructura y la seguridad de los futuros usuarios.

A finales de 2018, el entonces gobernador electo de Jalisco, Enrique Alfaro, señaló a la pasada administración federal las fallas que presentaban los más de mil 400 neoprenos colocados a lo largo de las 18 estaciones de la L3, proyecto a cargo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y que circulará desde Tonalá hasta Zapopan.

Han sido en total mil 424 neoprenos los que se han colocado, 770 en el Viaducto 1 (de las estaciones Arcos Zapopan a la de Ávila Camacho) y 654 en el Viaducto 2 (de la estación CUCEI a la de Central de Autobuses), por lo que la L3 cuenta ahora con este aspecto de seguridad completamente garantizado.

Las nuevas piezas, procedentes de Barcelona, España, pasaron todas las pruebas de control de calidad (ensayos al elastómero, dureza, resistencia a la tensión, desgarramiento, deformación por compresión o resistencia al ozono, entre otras) además de cumplir con normativas nacionales e internacionales.

Cada una tiene una altura de 120 milímetros y una vida útil de entre 15 y 20 años; la sustitución comenzó en mayo del año pasado y el costo de la misma corrió a cargo de las empresas constructoras de la L3, sin representar ningún gasto para el erario.

¿Cómo se sustituyeron?
En términos generales, el procedimiento que se realizó con la supervisión de la Secretaría de Infraestructura y Obra Pública (SIOP), fue el siguiente:

Se verificó el estado del conjunto de los elementos que conformaban el apoyo; se libera el puente de anclajes o topes para posteriormente retirar el marco perimetral inferior y permitir el retiro del neopreno defectuoso.

A partir de ahí, se levantó el tablero apenas un par de milímetros por medio de dos gatos hidráulicos, se retiraron las placas metálicas que confinaban los neoprenos de forma lateral, se sacó el neopreno viejo, se inyectó resina en los casos en que había huecos entre la placa superior y el patín inferior y se procedió a colocar el nuevo neopreno.

Una vez instalado se le aplicó una capa de resina en la cara superior del mismo para que no hubiera huecos, se volvió a descender el puente hasta que se apoyara totalmente en el nuevo neopreno, luego se colocaron las placas metálicas, se retiraron los gatos hidráulicos, se repusieron los anclajes y topes y, finalmente, se revisó la geometría y la alineación de las vías de esta obra prioritaria para mejorar la movilidad del Área Metropolitana de Guadalajara.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *