.- Es una realidad que estamos viviendo momentos de incertidumbre, nuestras preocupaciones se cimbran ante esta Pandemia a nivel mundial; cuando no encontramos eco por lo delicado de la situación, se siente un vació en la información de la realidad en que nos ubicamos, por ende en la sociedad donde nos desarrollamos se muestra confusa y con un deterioro en la confiabilidad de sus componentes.
Es hora de ocuparnos y no preocuparnos, que seamos más sensibles ante las actuales circunstancias de salud, económicas, sociales y políticas, seguramente marcaran el rumbo de nuestra Nación.
Todos desde nuestras trincheras debemos realizar actividades que vengan a fortalecer a nuestras instituciones con un desarrollo equilibrado y planeación integral siempre dirigida a obtener prosperidad equilibrada, para buscar la unidad que hoy es cuestionada terriblemente dejándonos llevar por enconos.
Lo importante es que somos miembros de una generación que se ha forjando en los momentos difíciles, donde a todos los mexicanos desde niños hasta viejos nos corresponde integrarnos.
Mentira que cada persona con diferente etapa de su vida debe de conformarse según sus circunstancias; urge olvidar actitudes revanchistas, aceleremos el paso para hacer a un lado el cansancio, hagamos un esfuerzo adicional para la consecución de nuestras metas y así daremos el golpe final a la desconfianza.
Es la hora de perder los miedos y alentar nuestra productividad con nuestra fortaleza para vencer cualquier obstáculo.
Busquemos un nuevo panorama con actitud renovada, reforzando nuestros valores, analizando prioridades más reales y sensatas, a fin de dar respuestas más congruentes, a nuestras constantes demandas.
Definitivamente el trabajo redime a la naturaleza humana, porque es la herramienta fundamental para una nueva construcción de nuestro destino. Pero el secreto de la satisfacción en el trabajo, no ésta el obtener lo que deseamos, sino en redefinir lo que necesitamos.
Es el tiempo de priorizar nuestras actividades en el sector primario para garantizar la alimentación sobre productos nutritivos para poder ser saludables y así obtener mejores beneficios, que nos reditúen un mejor desempeño en nuestras actividades cotidianas.
El síndrome de la desconfianza, hay que derrotarla, asestémosle el golpe furibundo con la energía de nuestros anhelos.
Marchemos juntos eliminando obstáculos en nuestro caminar por los senderos de la vida, y así el mal desaparecerá en forma fugaz y se perderá en el universo. Si estamos en el centro de la voluntad de Dios para nuestras vidas, podemos soportar cualquier cantidad de tensión.
Pero cuando no lo estamos hasta el éxito desenfrenado puede tener sabor amargo. Lo he comentado repetidas ocasiones que cuando tenemos incapacidad de amar es consecuencia de nuestra falta de amor y de esperanza.
El ser humano manifiesta la grandeza de su libertad cuando transforma la realidad pero más aún cuando acoge confiadamente la realidad que le viene dada día tras día.
Existen enquistamientos dentro de las sociedades que se mantienen estables y se conforman ente los infortunios circunstanciales de los tiempos problemáticos de nuestra Patria.
¡No levantemos la guardia! Mantengamos siempre la fuerza que nos da el espíritu, para enfrentar las adversidades.
Cada época nos trae sus riquezas y sus retos, hoy es tiempo de adoptar nuevas actitudes, nuestro momento actual es el mejor, porque es el que tenemos; reflexionar sobre lo ya caminado es bueno, nos ayuda a entender el presente, valorarlo y tener apoyos para seguir el camino con paso fuerte, firme y contundente.
Hagamos más recia y penetrable la condición de raza que nos legaron nuestros antepasados, porque podemos seguir adelante y vencer siempre las tormentas de la intolerancia así navegaremos hacia tierra firme para llegar a la cúspide de una vida de bienestar creciente y armónico.
Todos aspiramos a vivir una vida digna, pacífica y civilizada, porque de antemano sabemos que a la humanidad no le ha sido nada fácil salir de la barbarie y ahora en día todo es parte de la compleja situación de deterioro moral de la sociedad.
Nuevas formas se presentaran para tener el tiempo necesario de ajustar nuestras acciones en torno a ejercer una dinámica donde el amor a Dios y a nuestro prójimo se de en un marco de confianza. Por eso después de haber pasado por esta experiencia de la contingencia sanitaria, en la adhesión al dolor encontramos la fuerza para seguir siempre adelante y sin temor.
Estoy seguro que si fijamos nuestros objetivos a metas reales con beneficios tangibles en toda sociedad, seguramente aumentara la credibilidad tan deteriorada hoy en día.
El ciudadano está sediento en participar con instituciones serias y maduras a fin de formar una alianza en donde se de una cara con futuro promisorio. Es tiempo de buscar que todos los mexicanos nos sintamos como una parte alícuota de México, para que juntos pueblo y gobierno marchemos con gallardía y seguridad hacia estadios llenos de certidumbre.
Vamos dejando resentimientos estériles pues son los que nos están dividendo, no es este el camino para encontrar soluciones prácticas, pues todos deseamos una vida plena.
Estoy seguro que una vez que se controle esta emergencia sanitaria, tendremos que hacernos una evaluación muy profunda de lo que hemos hecho y dejamos de hacer.
En el aspecto empresarial de grandes, medianas y pequeñas empresas replantearan sus estrategias financieras y nuevas políticas de promoción de sus negocios. En el aspecto político se deberán de buscar los liderazgos necesarios en donde se garantice la concertación con los otros sectores de la población teniendo poder de convocatoria y de gestoría, ya que los recursos públicos escasearan.
En fin, lo más importante es buscar siempre con emoción e inteligencia y trabajo organizado la integración de toda la población para lograr el éxito.
Siempre he repetido que el ser humano es el motor que moverá cualquier programa de trabajo que se dé en torno a una comunidad. Para que el territorio y la economía no sean trampas de desarrollo, menester es concebirlos asociados al hombre y a la mujer.
Esta conjunción solamente se va a dar con un enfoque planificador, concibiéndolo como el conjunto de sentimientos, esfuerzos, voluntad e inteligencia, solamente con su quehacer cotidiano obtendrá muchos satisfactores.
En el caminar de nuestra vida debemos de sacar lecciones de nuestros errores para prevenir y fortalecer el futuro.