.- De forma preocupante aumenta el número de cubre bocas tirados de forma irresponsable en la vía pública, en los camellones, terrenos baldíos, parques y hasta en las playas. La epidemia de coronavirus trajo consigo el incremento de residuos infecciosos, desde gasas y cubrebocas, hasta jeringas y fluidos que pueden poner en riesgo a quien esté en contacto con ellos.

 Cuando es arrojado a la basura, pasa de protector a foco de infección, porque en la mayoría de los casos se mezcla con los desechos cotidianos.

“Se tira gran cantidad, y seguramente muchos están contaminados, y si a ello se suma la manera informal de recolectar los residuos y procesarlos, sin control sanitario, no hay modo de salvaguardar la salud de los trabajadores de limpia”.

Los cubrebocas deben ser desechados con mucha responsabilidad, de preferencia en bolsas de plástico, para evitar cualquier situación de riesgo, incluso si estamos sanos, ya que pueden acumular partículas que pueden resultar nocivas para el personal de Aseo Público o dispersarse en el medio ambiente, declaró Rocío Valdez, académica del Centro Universitario de la Costa, con 24 años de experiencia como personal de salud.

POSIBILIDAD DE CONTAGIO

La experta, además advirtió que el sólo uso de la mascarilla no nos exime de la posibilidad de contagio, y menos si se usa de manera inadecuada. “Debe cubrir nariz y boca, y nunca se debe tocar la parte externa.

Cuando se sienta húmeda debe retirarse por las cintas que se adhieren a la cara y desecharla en una bolsa dentro de un bote de basura, para que no tenga contacto con otras personas, como quienes recolectan y procesan los desechos”, explicó la universitaria.

Simple y útil, con costos que van desde los cinco hasta cientos de pesos, el barbijo, cubrebocas, tapabocas o mascarilla es necesario incluso en el segundo semestre de 2020, para el regreso a la “nueva normalidad”.

Se venden en establecimientos comerciales tras un aparador, en Internet, y los hay con texturas, bordados, tricapa, tipo concha, rígidos, flexibles, lavables, sanitizados, plisados, antivirales, certificados y con fijador metálico.

Datos de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) indican que desde que inició la epidemia, hasta el pasado 8 de junio, al menos 10 toneladas de basura Covid-19 han sido abandonadas o mal manejadas en el país.

Estos desechos son parte de los residuos peligrosos biológico-infecciosos, generados principalmente por hospitales, así como por laboratorios. Asimismo, se invita a los ciudadanos, como complemento auxiliar, a aplicar en residuos la solución anti-Covid-19, que puede prepararse con de taza de cloro por cuatro litros de agua, o cuatro cucharaditas de cloro por un litro de agua.

En el caso de superficies que puedan ser dañadas por el cloro, se puede utilizar una concentración de etanol al 70 por ciento.


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