.- Daniela, como la llamaremos para preservar su identidad, se enfrentó al rechazo de sus compañeros en el trabajo, un rechazo sutil, pero con peso. A Pepe no le fue diferente, sus vecinos e incluso familiares no querían acercarse por miedo a contagiarse, pese a que médicamente, ambos estaban dados de alta.
Oye…, ¿y ya no me Contagias?
Daniela contrajo covid a finales de 2020, estuvo en aislamiento durante 15 días completamente sola, recuerda que durante esos días había momentos de desesperación por no saber cuándo volvería a abrazar a su hijo, a su novio y familia, incluso por no poder llevar a cabo actividades y tener que pedir favores.
Sin embargo, reflexiona que sus síntomas no fueron tan graves, solo el persistente dolor de cabeza, “nos enfrentamos a una enfermedad de la que muchos no han salido, que se han ido de volada y cuando piensas en eso realmente te cae el veinte de dónde estás, el tiempo que tienes, valoras tu trabajo, valoras estar vivo, despertar cada día”.
Cuando Daniela regresó a su empleo, le persiguieron algunas preguntas incómodas y poco empáticas como: “Oye, ¿y ya no me contagias?”. “Emocionalmente sí te apachurra un poco, te desmotiva” reconoce, porque además sus compañeros se percibían incómodos si ella se acercaba o se colocaban el cubrebocas aunque antes no lo traían, a esto agrega que ella también desarrolló cierta paranoia o temor decontagiar a las demás personas o a su familia.
El Miedo de la Gente
De acuerdo con estudios recientes, una persona infectada de covid-19 puede contagiar a otras personas hasta 10 o 20 días después del inicio de los síntomas, una de las señales es la disminución de éstos, es decir entre menos síntomas menor capacidad de contagio. Esto no incluye a las personas asintomáticas.
Pepe, estuvo 28 días aislado, entre los meses de julio y agosto, al igual que Daniela, pasó ese tiempo en completa soledad, únicamente con la posibilidad de contactar a sus familiares y personas queridas a través de videollamadas y mensajería instantánea.
Además de percibir el rechazo de sus compañeros y compañeras de trabajo, quienes no querían acercarse a él, lo percibió por parte de su familia, aunque ya habían pasado meses desde que se contagió y salió de la enfermedad. “Es entendible, es un virus que no se conoce, que todavía hay enigmas con él y la gente tiene miedo”.
Como el VIH en los Ochenta
“Parece como si tuviéramos VIH en los 80, cuando la gente pensaba que por tocarte se iba a contagiar, desafortunadamente el covid sí es así, yo creo que es algo similar a lo que sentían en ese entonces, creo que fue más fuerte en ese tiempo», menciona Diana. Por su parte Pepe considera que hace falta información al respecto “que las autoridades de Salud, hagan algo para que quienes pasamos por ese difícil trance de ser víctimas de la pandemia no suframos ese rechazo social.
Recuerdo por ahí de los 80 también un virus (VIH) hasta la fecha sin cura, pero cuando empezaron a surgir los primeros casos el estigma social y el rechazo fue brutal, guardando toda diferencia entre lo que pasó y lo que está pasando”.
Mecanismo de Defensa
Daniel Casa Rosales, coordinador de Salud mental y Adicciones de los Servicios de Salud del Estado, explica que ese rechazo hacia quienes han sufrido la enfermedad sucede porque “le tenemos miedo a lo desconocido: es una enfermedad nueva, no está lo suficientemente introducida en el inconsciente colectivo y es fácil que nos enganchemos en una estigmatización social”.
Ese distanciamiento no sólo ocurre desde personas “sanas” hacia personas que tuvieron covid, el experto explica que quienes cursaron la enfermedad también desarrollan barreras ante el temor a ser rechazados o revictimizados, como les pasó a Daniela y a Pepe.
“Cada que tenemos una pérdida pasamos por un proceso de duelo, no nada más cuando fallece un familiar cercano, sino también cuando perdemos la salud, esto nos lleva a desarrollar emociones como el pánico o ansiedad.
Esto va a generar dificultad para la toma de decisiones, inseguridad en la propia persona que pueden causar alteraciones como depresión y nos pueden llevar a pensamientos suicidas”, advierte el experto