.- La famosa “explosión de demanda contenida” se hizo evidente en los Estados Unidos, aunque es una buena noticia, ya genera enormes inconvenientes a las compañías aéreas que han reducido sus estructuras y su oferta durante la crisis y, ahora, tienen serios problemas para estar a la altura de esta reactivación.

Spirit es el caso con el que se pude poner en evidencia la gran problemática que viven algunas aerolíneas.

El caso más serio es el de Spirit Airlines, la aerolínea con base en Fort Lauderdale y con una importante presencia en Centroamérica y el Caribe, que se encuentra en un fuerte plan de expansión y hasta anunció que establecerá un nuevo hub en Miami.

Desde hace unos días viene cancelando vuelos de manera intempestiva. Inicialmente se estima que había paralizado nada menos que un tercio de su red y se había limitado a explicar a través de su cuenta de Twitter que se debía a “desafíos operativos”.

Pero pasaron los días y Spirit sigue sin hacer pie: el miércoles canceló el 47% de sus vuelos, luego de que el martes debiera dado de baja el 60%. En total, fueron más de 300 las partidas desprogramadas.

En diálogo con la cadena estadounidense CBS News, el portavoz de la aerolínea, Erik Hofmeyer, fue un poco más detallado en las explicaciones y aseguró que todo se debe a una combinación de fenómenos que incluyen fallos en los sistemas, la meteorología y la mencionada escasez de personal.

A través de un comunicado a los pasajeros, la aerolínea pidió disculpas y concluyó: “Contamos con personas que trabajan para ustedes (clientes) las 24 horas del día.

Para los miembros de nuestro equipo, estamos brindando ayuda adicional en los aeropuertos cuando es posible y proporcionándoles actualizaciones a medida que la situación evoluciona”.


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